¿ Quién no moriría por un día?

Suena tentador ¿Verdad?¿Quién no moriría por un día? Con esto podría observar: quién llora en mi funeral, quien se ha dejado un pedazo de su alma con mi pérdida  y sobre todo poder observar, en esas 24 horas, si hay algo más allá que los infinitos millones de átomos que forma este voluminoso cuerpo.

 La muerte, ese proceso que da significado a la vida, es algo que siempre hemos querido conocer. Las dudas de lo que sucede después es una pregunta que, durante los millones de años que ser humano lleva habitando la tierra, se ha plantado cada una de las civilizaciones y esa reflexión seguirá durante millones de años más puesto que, las generaciones futuras, seguirán planteándose  el “fin del juego” y si hay vida más allá de esta partida.

 Todos tenemos miedo a la muerte ,en mayor o menor medida, pero a la misma vez que tenemos ese miedo, realizamos día tras día acciones que provoca que nuestro reloj de arena avance más rápido (fumar, beber,mala alimentación, sedentarismo entre otras muchas cosas más). Nos obsesionamos a veces en exceso en que nuestra meta este lo más lejos posible de la salida  olvidándonos que en este viaje, lo importante es disfrutar de las vistas y no el kilometraje recorrido. 

 No nos damos cuentas que nuestra obsesión no debe ser  la longevidad sino la felicidad. El Ser Humanos  ese ser tan intelectual y a la misma vez tan ignorantes que nos dejamos nuestra salud en obtener dinero para luego querer comprar salud con ella. Dejamos para a jubilación aquellos viajes, sueños y libros  pendiente y cuando llega la ansiada jubilación nuestro cuerpo ya ha encerrado a esa alma que solo quiere descansar. No podemos “desconectar” ese reloj de arena, pero podemos al menos intentar que cada grano de arena que caiga sea con felicidad. Ahora es buen momento para luchar por ese sueño que no te deja dormir. Ahora es el momento de hacer ese viaje que tanto anhelabas y que siempre propusiste por trabajo o por falta de tiempo. No dejes para mañana lo que debes de hacer hoy.

“ No te tomes la vida demasiado enserio. No saldrá vivo de ella “. Elbert Hubbard.